Imagina esto: es una noche cualquiera, el asfalto se desliza bajo tus ruedas como un río negro y sereno, y de pronto, en el espejo retrovisor, aparece un par de faros que parecen clavados en tu destino. No es paranoia; es instinto. En un mundo donde las calles y carreteras conectan vidas pero también sombras, saber detectar una persecución vehicular no es sólo un truco de película de espías, sino una herramienta vital para preservar tu seguridad.
Porque, como en las grandes historias, el héroe siempre tiene un plan B. Vamos a desentrañar los misterios del retrovisor, paso a paso, para que conduzcas no con miedo, sino con maestría.
Los signos de alarma: cuando el retrovisor susurra advertencias
La carretera es un escenario donde las coincidencias pueden ser fatales. No todos los autos de