La prisa es mala consejera, por Gonzalo González
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Donald Trump ha tropezado con la cruda realidad, la resolución del asunto Ucrania se le revela difícil. Demostrando que su aserto de que podía solventarlo en poco tiempo era un sofisma. Su actitud entonces, y ahora, es propia de un populista y ególatra voluntarista: prometer soluciones simples y rápidas a problemas y situaciones complejas que demandan su tiempo.
La prisa de Trump en este tema puede ser un error de cálculo y terminar sirviendo a los conocidos objetivos expansionistas de Putin y su nomenclatura. Comprometiendo a futuro la paz en Europa con todo lo que eso supone.
Un mal acuerdo como el de Múnich 1938 –cesión de territorios a cambio de garantías– es lo que, supuestamente, se le quiere vender com