La noticia ha causado sorpresa: Kiko Rivera e Irene Rosales , una de las parejas más estables del panorama mediático, han decidido poner fin a su relación tras once años juntos y nueve de matrimonio . La revista Semana publicaba en exclusiva que la separación se había producido de forma cordial y sin terceras personas, centrando todos sus esfuerzos en el bienestar de sus hijas, Ana y Carlota , de 9 y 7 años respectivamente.

Un amor que lo superó (casi) todo

Desde que se conocieron en 2014, cuando él le propuso participar en uno de sus videoclips, su relación estuvo rodeada de luces y sombras. Kiko ha reconocido en más de una ocasión que Irene "le salvó la vida" , sobre todo en los momentos más oscuros marcados por las adicciones y problemas familiares. Ella fue su apoyo durante el ictus que sufrió en 2022, tras el cual él decidió hacer un cambio radical de vida: dejó de fumar, comenzó a hacer ejercicio y mejoró sus hábitos.

Crisis, reconciliaciones y la decisión final

Pese a haber superado rumores de infidelidad , problemas económicos y conflictos con la familia Pantoja , en especial con Isabel Pantoja y su hermana Isa, la pareja ya no ha podido sostener la relación. La convivencia y el desgaste emocional han sido claves en su ruptura. Aun así, mantienen el respeto mutuo y el compromiso de criar juntos a sus hijas.

El comunicado de Kiko Rivera

Pocas horas después de que la noticia saliera a la luz, Kiko publicó un mensaje en redes sociales: “ No voy a sacar partido de esto. Me ha costado mucho llegar a esta paz mental . Hoy cierro un capítulo con gratitud, pero abro otro con esperanza. Nuestras hijas son y serán siempre lo más importante".

Kiko e Irene fueron una pareja que enfrentó sus crisis de forma pública y valiente . Participaron juntos en Gran Hermano Dúo , compartieron hitos familiares como el bautizo de Carlota o la comunion de Ana, y se mantuvieron al margen del escándalo mediático siempre que pudieron. Esta separación, aunque dolorosa, parece marcar un nuevo inicio para ambos.

Mientras Kiko trata de reconstruir su relación con su madre y hermana, Irene se centra en su carrera como influencer y en el cuidado de sus hijas. La expareja se ha comprometido a mantener una relación sana por el bien de su familia . Aunque se cierre un capítulo, su historia deja una huella imborrable en la crónica sentimental de la televisión española.

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