Eran las 18.11 horas de la tarde de ayer cuando Iván Fernández recibió una llamada que no olvidará. Al otro lado de la línea, su hijo Nel, de 11 años, gritaba con angustia: "Papá, hay fuego, ¡hay fuego!". El menor se encontraba en la piscina municipal de Ibias junto a varios amigos cuando las llamas irrumpieron en el entorno del área recreativa.

“Al principio era solo un conato en un matorral, justo en la entrada” , relataba esta mañana Laura García Quintana, responsable del recinto. “En cuestión de segundos, se expandió y el humo llenó la piscina, donde había medio centenar de personas. Los niños entraron en pánico porque las llamas estaban, literalmente, encima”, cuenta García.

EN IMÁGENES: La evolución del incendio de Ibias Ver galería

Cuando Fernández llegó para recoger a s

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