Hace unas semanas que el teléfono del padre Youssef ya no suena a las ocho de la tarde. A la caída del sol sobre las ruinas de Gaza , no le acompaña la ansiada aunque rutinaria llamada. Durante un año y medio, el teléfono sonaba a aquella hora en la iglesia de la Sagrada Familia en la ciudad de Gaza . La llamada venía desde el corazón del Vaticano y, al otro lado de la línea, les esperaba el ahora difunto papa Francisco . El día antes de morir, el intercambio duró apenas cuatro segundos: unos cuantos ¿cómo estáis?, ¿todo bien?, y poco más. Tras la muerte de Bergoglio el pasado 21 de abril, nadie llama desde la Santa Sede a los cristianos de Gaza . Aunque ellos esperan que ahora su sucesor, el papa León XIV , mantenga el hábito.
" Estamos felices por la elección del papa"