La nueva película del italiano, rodeada de misterio hasta su primera proyección, retrata con sensibilidad y talento a un presidente de la República italiana al borde del ocaso
Últimamente, cuando reza, Mariano de Santis se queda dormido. Y nunca sueña. Imposible que un hombre así se conceda fantasear. Jurista, autor de un célebre manual de derecho privado de 2.046 páginas, ahora presidente de la República italiana: pura concreción. No por nada le apodan Cemento Armato (Hormigón armado). Las semanas pasan, el fin de su mandato se acerca, igual que el ocaso. Pero él ni se inmuta. Rehúye decidir. En realidad, apenas vive. “Soy el argumento más aburrido que conozco”, afirma en la película. Solo le remueve volver a la primera vez que vio a su adorada Aurora, fallecida hace ocho años. La recu