El día de los hechos, el 29 de julio de 2024, entre las 10 y 11 de la noche, fueron dos las víctimas, un mayor del Ejército y su pequeña hija, de apenas siete años de edad. Los asesinó su propio hijo y hermano, un adolescente que aseguró estaba cansado de los regaños del oficial.
Luego de asesinarlos, con más de 200 puñaladas, el menor bajó a la cocina y se lavó las manos manchadas con la sangre de su propia familia.
Su declaración la conoció SEMANA y allí se advierte la violencia del ataque y la frialdad para revelar cómo se lanzó contra su papá y su hermana.
“Cuando bajaba iba pensando en apuñalarlo, en ese momento pensé en el cuchillo. Estaba estresado en cuanto al trato que nos tenía a los tres, bravo, porque siempre nos hacía sufrir, a mi mamá en temas de ellos, de pareja. E