El Gobierno argentino ha confirmado que la Televisión Pública no adquirirá los derechos de transmisión de la Copa del Mundo 2026, que se llevará a cabo en Estados Unidos, México y Canadá. Esta decisión marca un hito inédito, ya que es la primera vez en más de 52 años que el canal estatal no estará presente en este evento deportivo. Desde la Casa Rosada, se argumenta que la compra de los derechos, valorada en siete millones de dólares, representa un gasto innecesario.
La última vez que la Televisión Pública no transmitió un Mundial fue en 1970, cuando las imágenes llegaron a través de una señal privada. Desde entonces, el canal estatal ha estado presente en cada edición del certamen, ya sea de manera total o parcial. En el Mundial de Qatar 2022, la TV Pública invirtió más de 10 millones de dólares, pero recuperó esa inversión con ingresos publicitarios que superaron los 12 millones. Sin embargo, un 20% de esos ingresos provino de provincias y organismos públicos, lo que generó críticas en su momento.
A pesar de que aún hay tiempo hasta diciembre para revertir la decisión, fuentes oficiales indican que la determinación ya está tomada. Esta exclusión del Mundial se suma a una serie de recortes en Radio y Televisión Argentina (RTA), donde se han implementado despidos y retiros voluntarios. Además, señales como Encuentro, Pakapaka y Deportv están bajo revisión, con la posibilidad de cierres.
La ausencia de la TV Pública en el Mundial 2026 interrumpe una tradición que ha permitido a millones de argentinos disfrutar de este evento de manera gratuita y abierta. Desde 1974, el canal estatal ha sido el único medio que ha garantizado la cobertura de los partidos de la selección nacional, lo que ha contribuido a la cultura futbolística del país. La decisión actual se enmarca en una política de ajuste que ha llevado a la exclusión de grandes eventos de la pantalla pública, dejando a los ciudadanos con menos opciones para acceder a contenidos de interés nacional.