La foto de una casa en venta publicada por una inmobiliaria dejó al descubierto un secreto escondido durante más de ocho décadas. En el living de una vivienda del barrio Parque Luro, en Mar del Plata, colgado sobre un sofá, apareció el “Retrato de una dama”, obra del pintor italiano Giuseppe Ghislandi, robada por los nazis en Ámsterdam durante la Segunda Guerra Mundial.

El cuadro había pertenecido al comerciante judío Jacques Goudstikker, dueño de una de las galerías más prestigiosas de Holanda, con más de mil piezas que incluían Rembrandt y Vermeer. En mayo de 1940 huyó de los nazis junto a su familia, pero murió trágicamente al caer en la bodega del barco que lo llevaba a Inglaterra, quebrándose la nuca. Semanas después, su colección fue liquidada en una “venta forzada”: Hermann Göring,

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