En el fútbol hay frases que atraviesan generaciones de aficionados, y una de las más repetidas es aquella que advierte: « Nunca te enamores de un jugador cedido ». La UD Las Palmas conoce bien el peso de esas palabras. A pesar del descenso a Segunda División, todavía permanece en la memoria el recuerdo de Fabio Silva , el delantero portugués que dejó huella con su trabajo sobre el verde del Gran Canaria y sus celebraciones.

El pasado lunes, en el Estadio Nuevo Arcángel, los amarillos revivieron por unos instantes esa nostalgia. Corría el minuto 20 de la primera parte cuando Manu Fuster inventó una asistencia que Milos Lukovic transformó en gol con un disparo ajustado al ángulo de la portería califal. El éxtasis del tanto vino acompañado de un gesto que desató la emoción en la afición,

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