Científicos han descubierto una nueva especie de cocodrilo carnívoro en la Patagonia, que vivió hace aproximadamente 70 millones de años, durante el Cretácico. Esta especie, denominada Kostensuchus atrox, fue hallada en la provincia de Santa Cruz, cerca de la ciudad de El Calafate. El descubrimiento fue realizado por un equipo internacional de paleontólogos, liderado por el doctor Fernando Novas del Conicet, en colaboración con investigadores de Brasil y Japón.

Kostensuchus atrox pertenecía a la familia extinta de cocodrilos conocida como Peirosauridae, que habitó tanto en América del Sur como en África. Este depredador medía cerca de cuatro metros de longitud y poseía un cráneo robusto, con una mandíbula ancha y dientes cónicos, adaptados para atrapar presas de gran tamaño. Los fósiles encontrados incluyen un cráneo completo y otros huesos que permiten a los científicos tener una visión clara de su morfología y comportamiento.

El nombre de la especie, "atrox", significa "feroz" en latín, lo que resalta su papel como un depredador dominante en su ecosistema. Según Novas, "Habría sido uno de los mayores cazadores de fines del Período Cretácico". Este hallazgo redefine la comprensión del ecosistema patagónico de la época, mostrando que coexistían grandes carnívoros de diferentes orígenes, lo que sugiere interacciones complejas entre ellos.

El fósil fue descubierto en marzo de 2020, en un área rica en yacimientos paleontológicos. Los investigadores encontraron el cráneo incrustado en una dura concreción, lo que llevó a un meticuloso trabajo de preparación en laboratorio. Este proceso permitió confirmar que se trataba de una especie desconocida hasta ahora.

Kostensuchus atrox tenía un cráneo de casi 50 centímetros de largo y una longitud corporal que superaba los 3 metros. Su dentición incluía más de 50 dientes afilados, algunos de más de 5 centímetros, adaptados para desgarrar carne. Estas características sugieren que el animal era un cazador eficaz, capaz de alimentarse de una variedad de presas, incluidos dinosaurios jóvenes y otros reptiles.

El descubrimiento de Kostensuchus atrox no solo amplía el conocimiento sobre la diversidad de cocodrilos en la era de los dinosaurios, sino que también plantea nuevas preguntas sobre su ecología y comportamiento. A pesar de la buena conservación del fósil, los científicos aún tienen dudas sobre su estilo de vida, incluyendo si cazaba solo o en grupos, y cómo competía con otros depredadores de su tiempo. Este hallazgo es un paso importante para entender mejor la historia evolutiva de los cocodrilos y su adaptación a diferentes ambientes.