Fernández Noroña fuerza un pronunciamiento del Senado contra cualquier injerencia militar extranjera, mientras el partido conservador rechaza haber apoyado una intervención de Estados Unidos
La política mexicana está tirante como un cable de alta tensión. Al habitual nerviosismo que provoca la difícil relación con Estados Unidos, esta semana se añade la declaración de culpabilidad del histórico capo de la droga Ismael El Mayo Zambada en una corte federal del país vecino, en la que reconocía haber sobornado a políticos para operar en el país. Quizá por eso las declaraciones de la senadora Lilly Téllez, que en otras circunstancias no habrían pasado de la provocación, han arrasado esta vez con cualquier intento de dirigir la conversación pública hacia otros derroteros. El contexto es todo