El fiscal Leonardo Tapia, jefe de Focos Occidente, ha formalizado a cinco imputados por el crimen del ingeniero Michael Peñaloza. Los acusados enfrentan cargos de robo con homicidio, robo en lugar habitado e incendio. El tribunal ha decretado prisión preventiva para todos ellos tras una investigación que duró tres días y que reveló detalles cruciales sobre la premeditación del delito.

Durante la audiencia en el Juzgado de Garantía de Curacaví, se expusieron los roles específicos de cada uno de los imputados. Tapia explicó que uno de ellos se encargó del transporte del grupo hasta la casa de la víctima y actuó como vigilante. Los otros forzaron los cercos perimetrales, ingresaron a la vivienda y sustrajeron el vehículo. El crimen ocurrió alrededor de las 2 de la mañana del 19 de agosto. En su primer intento, los imputados no lograron robar el vehículo, por lo que regresaron con herramientas como destornilladores para fracturar el portón de acceso.

La situación se tornó violenta cuando Peñaloza intentó impedir el robo. En ese momento, los acusados cortaron la luz de la propiedad. Uno de ellos condujo el vehículo robado y, durante la huida, atropelló a Peñaloza, causándole la muerte. El fiscal Tapia afirmó que "efectivamente hay uno de los sujetos que conduce este vehículo y que se pudo determinar que a propósito de la huida, y sin importar que se encontrara la víctima, lo pasa sobre la persona, lo arrolla y lo atropella, causándole la muerte".

La investigación también reveló que existió un acuerdo previo entre los imputados para llevar a cabo el delito. Se organizaron con anticipación, utilizando un vehículo proporcionado por uno de ellos y reuniendo herramientas necesarias para el robo. Tras cometer el crimen, intentaron vender el vehículo robado a través de redes sociales, pero al no tener éxito, se reunieron nuevamente para eliminar evidencias, conscientes de la muerte de la víctima.

El fiscal Tapia indicó que hubo un acuerdo para "eliminar las huellas o algunos elementos, sabiendo, por cierto, la muerte de la persona". El 20 de agosto, los imputados se trasladaron a la cuesta Lo Prado, donde cuatro de ellos utilizaron acelerante para prender fuego al vehículo y así destruir las pruebas del crimen.

Entre las pruebas clave se encuentran las búsquedas realizadas en Google por los imputados. A través del análisis de sus teléfonos, se determinó que investigaron las condiciones del vehículo, la presencia de GPS y cómo encenderlo. También buscaron información sobre cómo cortar un candado, lo que demuestra una preparación metódica para el delito. El fiscal Tapia sostuvo que "a través de Google existen algunas consultas por parte de los sujetos tendientes a, primero, saber cuáles eran las condiciones que tenía el vehículo, si importaba o no GPS, cuáles eran las características para encenderlo".

La investigación también consideró publicaciones en redes sociales. El Ministerio Público corroboró información de una publicación en Facebook que vinculaba a uno de los imputados con el crimen. En cuanto a la declaración de uno de los imputados, que alegó que la víctima "se le cruzó" y por eso la atropelló, el fiscal fue claro al afirmar que "los antecedentes que tenemos nosotros no es que la víctima se haya cruzado".