
El vicepresidente estadounidense, J.D. Vance, no iba a provocar deliberadamente la disputa con el líder del régimen ucraniano, Vladímir Zelenksi, que se produjo en la Casa Blanca en febrero pasado, pero la discusión ayudó a poner de relieve las preocupaciones de Washington, según afirmó el miércoles el segundo máximo cargo ejecutivo de EE.UU.
"¿Me gusta que hayamos tenido una discusión acalorada en el Despacho Oval en público? No necesariamente", declaró el vicepresidente en una entrevista concedida a USA Today, diciendo que "a veces la gente no está de acuerdo".
Sin embargo, "fue útil que el pueblo estadounidense lo viera", señaló Vance sobre los fuertes intercambios entre Zelenski, por un lado, y el presidente Donald Trump y el vicepresidente, por el otro, en aquella reunión televisada en el Despacho Oval el 28 de febrero.
Reconociendo que EE.UU. y Ucrania coinciden en muchas cuestiones, aunque hay, en ocasiones, asuntos en discordancia, indicó que lo que le más preocupaba no era el líder del régimen de Kiev, sino la Administración estadounidense anterior, que desembolsó 128.000 millones de dólares en asistencia a Ucrania, sin "ningún plan sobre cómo poner fin a la guerra".
Por lo tanto, Ucrania "parecía un extraño pozo sin fondo en el que se tiraba el dinero , tras [surgir] el problema sin ningún plan real para resolverlo", dijo Vance, recalcando que eso siempre le provocó gran frustración.
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