Aunque los ejercicios comparativos en lo que a tragedias se refiere suelen convertirse en estériles y jamás sirven para aportar consuelo alguno, sí que pueden ser de utilidad para dimensionar la magnitud de lo ocurrido o aventurar posibles consecuencias. Así, para analizar la catástrofe de este agosto en los montes de León basta con decir que algunos de estos fuegos duplican y hasta triplican la superficie quemada en el peor que la provincia había registrado en lo que iba de siglo: el del verano de 2012 en Castrocontrigo. Llevando el análisis a escala nacional, cabe señalar que tres de los desastres medioambientales de las últimas semanas en territorio leonés se sitúan entre los diez más devastadores de España en lo que va de centuria. De esta manera, el iniciado en la comarca zamorana de

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