Esto de tener un presidente que se dobla como una caña al viento cuando sopla Puigdemont, un Consejo de Ministros que cede ante sus socios como un banco de madera en un parque a pleno sol en medio de una ola de calor, hace que Patxi López proponga que el once de septiembre, día de la Diada en Cataluña, no se celebre el pleno en el Congreso de los Diputados, por respeto a la festividad.

Los diputados que, ya de por sí, tienen pocas sesiones parlamentarias –al Gobierno le gusta el Congreso de los Diputados como a un gato el agua–, por respeto a Cataluña no van a tener que trabajar el once de septiembre.

Como España se conforma de diecisiete comunidades autónomas, más Ceuta y Melilla, lo lógico, atendimiento a la consideración de cada una de ellas y al principio de igualdad, sería que, cuan

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