Sean Dunn, un hombre de 37 años residente en Washington, lanzó un bocadillo contra un agente federal al grito de “fascistas” y se convirtió en un símbolo de la resistencia contra la toma federal de la capital de Estados Unidos. Tras su detención, el 13 de agosto, comenzaron a aparecer pósteres y grafitis de la escena en las paredes de la ciudad, así como videos alabando al héroe local en numerosas cuentas de redes sociales. Ahora su caso ha vuelto a ganar protagonismo: no solo es el símbolo de la oposición popular, también del desafío judicial al creciente autoritarismo del presidente Donald Trump.
Este martes, los fiscales federales no lograron convencer a un gran jurado para que acusara formalmente a Dunn por un delito grave de asalto contra la autoridad. Los miembros del jurado, compue