Era uno de los objetivos más codiciados para los clientes de los safaris fotográficos en el Parque Nacional de Hwange, en el noroeste de Zimbabue, y con razón. La última vez que este periodista visitó la reserva, en otoño del año pasado, su nombre estaba en boca de todos los guías de la zona: Blondie, un imponente león macho de melena rubia, en su plena madurez a sus cinco años y tres meses, y jefe de una generosa manada formada por tres hembras y diez cachorros, siete de ellos de un año de edad y tres más nacidos hace apenas dos meses.

Toparse con el felino y su prole aseguraba la satisfacción de los visitantes a esta reserva situada a un centenar de kilómetros de las Cataratas Victoria y famosa por su enorme -excesiva para las dimensiones del parque, según los críticos- población de ele

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