Lo que ocurrió ayer durante lo que sería la última sesión de la Comisión Permanente, es el resultado de la soberbia con la que se ha conducido Morena en las Mesas Directivas de ambas Cámaras, de la ausencia absoluta de diálogo y de la urgencia por aplastar a la oposición.
No era la primera vez que el presidente del PRI, Alejandro Moreno, había encarado a Gerardo Fernández Noroña por negarse a dejar usar la tribuna a los legisladores del tricolor.
Ayer, previo al zafarrancho que todos conocemos, Fernández Noroña decidió dar por terminada la sesión de la Comisión Permanente sin respetar un acuerdo de la Mesa Directiva, previo al inicio de los trabajos, en la que se permitiría una última participación a cada bancada.
Como el morenista sabía que el posicionamiento de priistas y panistas tra