El sistema de salud en Perú enfrenta serios desafíos. Un 34% de la población carece de seguro de salud, según el estudio "Radiografía del Usuario de Servicios de Salud en el Perú" de Activa Research. Esta situación impacta fuertemente en la economía familiar. Cuando un miembro se enferma, los hogares pueden gastar hasta el 20% de su ingreso mensual en salud. El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) reporta que el salario promedio en Lima es de S/2.172. Sin embargo, un informe de ComexPerú indica que los peruanos desembolsan cerca de S/444 mensuales de su propio bolsillo para cubrir gastos médicos.

Juan Acosta, docente de la UPC, advierte que este gasto no incluye los "gastos ocultos" como transporte a centros médicos, pérdida de días laborales y el impacto psicológico de no recibir atención a tiempo. En Lima, el costo promedio de una consulta médica es de S/259, mientras que en provincias asciende a S/330. Las diferencias son notables según el nivel socioeconómico: los hogares de nivel alto pagan hasta S/385 por consulta, mientras que los de nivel bajo solo S/128.

El informe también revela que el 48% de los encuestados tiene seguro público y solo el 18% cuenta con seguros privados. La falta de cobertura afecta especialmente a mujeres y a personas de bajos ingresos. Además, la cultura de chequeos médicos es baja en el país. La mayoría de las personas solo acude al médico cuando se siente mal, lo que se observa más en hombres y en sectores de menores ingresos.

Acosta señala que la falta de seguros empuja a muchas familias al endeudamiento. Durante la pandemia de COVID-19, los costos de hospitalización alcanzaron S/2.500 diarios, lo que llevó a muchas familias a asumir deudas impagables. El gasto per cápita en servicios hospitalarios en Perú fue de apenas US$35 en 2024, en comparación con US$180 en Colombia y US$380 en Chile, lo que refleja una gran brecha en la inversión en atención médica.

El estudio concluye que el sistema de salud peruano enfrenta brechas estructurales, como el acceso condicionado por el ingreso y la falta de prevención. Esto abre oportunidades para seguros flexibles y planes híbridos en el sector privado, mientras que el Estado debe fortalecer la red pública y diseñar políticas inclusivas. La atención de salud no solo es un problema médico, sino también un desafío financiero para las familias peruanas.