La inteligencia artificial (IA) ya dejó de ser una promesa futurista: hoy decide qué noticias consumimos, qué productos compramos y hasta influye en la forma en que se imparte justicia en algunos países. Frente a ese avance vertiginoso, México todavía carece de una ley federal que marque el rumbo.

Algunos estados han comenzado a dar pasos importantes. La Ciudad de México discute una ley sobre IA y datos personales; Sinaloa (185 Bis C del Código Penal) y Nayarit (297 Ter del Código Penal) castigan delitos sexuales cometidos con inteligencia artificial; Quintana Roo (20 Bis del Código Penal) ya tipificó su uso como agravante en ciertos delitos.

Estas iniciativas son valiosas, pero plantean un riesgo: que cada entidad construya su propio marco normativo, como si la IA fuera un tema estrict

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