Septiembre siempre es un mes de reinicio. Volvemos a la oficina, a las reuniones y a las largas horas frente al ordenador. Y con ello, reaparece ese enemigo silencioso: el estrés. No hablamos de la tensión positiva que nos mantiene activos, sino del estrés mantenido que desgasta, altera nuestro sueño y repercute en la productividad.

Entre las herramientas naturales para combatirlo, la aromaterapia gana cada vez más terreno. Y no se trata de una moda pasajera: cada vez hay más investigaciones científicas que avalan el poder de los aceites esenciales sobre nuestro sistema nervioso.

¿Cómo funciona la aromaterapia?

Al inhalar las partículas aromáticas de un aceite esencial, estas llegan al sistema límbico, la parte del cerebro que regula emociones, memoria y respuestas fisiológicas al estré

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