
Los departamentos de Recursos Humanos han comenzado recientemente a prestarle especial atención a un fenómeno que han bautizado como 'quiet cracking', traducido al español como agrietamiento silencioso, fracaso silencioso o colapso silencioso .
Todas ellas son manera de denominar a un acontecimiento que se está haciendo presente en las oficinas de todo el mundo relacionado con la salud mental de los empleados, que se deteriora silenciosamente ante la inseguridad laboral, el aumento de la carga de trabajo y las escasas o nulas perspectivas de carrera profesional.
Esta nueva pandemia representó en la economía global la pérdida de productividad estimada en 438.000 millones de dólares , según un informe de Gallup. Una cifra similar al PIB de un país desarrollado como Noruega.
Falta de oportunidades y amenaza de la IA
El agrietamiento silencioso llega cuando los trabajadores comienzan a desanimarse lentamente por la falta de oportunidades de crecimiento profesional sumado a la percepción de incertidumbre en un momento en que muchas empresas comienzan a deshacerse de parte de sus plantillas por el empuje de la Inteligencia Artificial (IA).
El clima de precariedad que respiran es ahora mayor que en otras ocasiones, pues con un mercado laboral más inestable se ven obligados a aceptar cada vez más carga de trabajo bajo la premisa de un falso aumento de la eficiencia.
Conjugados todos los factores al final nos encontramos con un trabajador que cumple con sus tareas pero se siente totalmente desvinculado de su empresa , que acata cualquier encargo pero que carece de iniciativa, que no deja ver que algo está pasando hasta que en algún momento decide marcharse de forma abrupta.
Infelicidad es igual a menos productividad
Esas circunstancias laborales hacen que los trabajadores enfrenten dificultades mentales y emocionales. El informe de Gallup reporta que el 54 % de los empleados afirman que se sienten infelices en el trabajo.
Otro estudio, desarrollado por la plataforma de gestión de aprendizaje TalentLms , coincide con la misma cifra, un 54 %, referido a los empleados que experimentan diferentes niveles de agrietamiento silencioso. Uno de cada cinco afirma estar atrapado en un estado persistente de infelicidad laboral.
Entre los que experimentan ese fenómeno, un 47 % sostienen que sus gerentes no escuchan sus preocupaciones.
La capacitación que reciben en el entorno laboral también marca la diferencia: aproximadamente el 62 % de los empleados que no experimentan el 'quiet cracking' reciben capacitación, en comparación con el 44 % de quienes sí tienen esa sensación con frecuencia o de forma constante.
Un nuevo reto tras la gran renuncia y la renuncia silenciosa
Desde la pandemia de coronavirus que explotó en 2020 el mercado laboral ha experimentado varios azotes. Primero llegó la gran renuncia , que tuvo como escenario principal las compañías de EE.UU. Entonces se produjo un abandono voluntario masivo de los trabajadores, debido a la búsqueda de mejores condiciones de trabajo, pero también a la necesidad de conciliar su vida laboral y familiar.
La renuncia silenciosa se manifiesta cuando un empleado toma la decisión de abandonar su trabajo de manera no explícita, es decir, sin presentar formalmente su renunciaHace el mínimo esfuerzo posible para no ser despedido y para no tener problemas de disciplina pic.twitter.com/cGzGiIFNzw
— Virginio Gallardo (@virginiog) February 3, 2025
Poco después, a partir de 2022, se empezó a popularizar la expresión renuncia silenciosa, que se refiere a la situación en la que un empleado reduce su productividad y el compromiso con su empresa, limitándose a realizar las tareas básicas de su puesto para mantener su empleo. También se contempla como una forma de priorizar su bienestar y cuidar su paz física y mental.
Sin embargo, la disminución de la productividad que acompaña al 'quiet cracking' no es voluntaria, sino producto de que poco a poco se van sintiendo cada vez más agotados e incapaces de rendir adecuadamente, aunque tampoco son capaces de renunciar a un empleo que es su sustento económico. A menudo los trabajadores ni siquiera son conscientes del proceso por el que están atravesando hasta que ya está muy avanzado.
Presión económica y sobrecarga de trabajo
Este nuevo fenómeno está espoleado por unos factores muy concretos que se pueden resumir en incertidumbre económica, una carga de trabajo excesiva acompañada de pocas expectativas de carrera laboral y deficiencias en la dirección de las empresas.
El experto Rahkim Sabree explica en Forbes que, a su juicio, esos trabajadores están inmersos en un trauma financiero laboral , un concepto que describe como: "El daño causado por la exposición repetida a condiciones laborales de explotación financiera, inequitativas u hostiles que llevan a una persona a adoptar conductas de supervivencia para obtener un salario".
Así, el puesto de trabajo se convierte a la vez en la fuente de su malestar a la vez que constituye el sustento fundamental para su supervivencia. Es este último rol es que hace que los empleados aguanten estancamientos salariales, inestabilidad económica o culturas empresariales tóxicas .
Quizá la palabra "trauma" parezca un poco excesiva, sin embargo, los testimonios de trabajadores que están experimentando este proceso la avalan. Un artículo de Business Insider con las declaraciones de algunos empleados ilustra a la perfección el fenómeno.
Así se describen consecuencias como llorar de camino al trabajo , sentirse atrapado en un ambiente tóxico, problemas de conductas alimenticias o problemas de salud mental. "Trato con todas mis fuerzas de no quebrarme a la hora del almuerzo", dijo uno de los entrevistados.
Un fenómeno estadounidense que se expande
En EE.UU. uno de cada 6 empleados se siente inseguro acerca de su trabajo cuando está vinculado al futuro en su empresa, mientras que el 20 % experimenta infelicidad en el lugar de trabajo con frecuencia o constantemente y el 34 % la experimenta ocasionalmente.
En América Latina el término 'quiet cracking' todavía no está tan extendido, pero diferentes estudios apuntan a que se vive una realidad muy similar. La Encuesta Global de Actitudes de Beneficios 2024 destaca que el 33 % de los empleados tienen dificultades financieras que afectan negativamente a su vida, el 39 % vive al día sin poder ahorrar y el 26 % considera que financieramente se encuentra peor que hace un año.
Además, un tercio padece ansiedad o depresión , mientras que el 25 % sufre burnout o síndrome de desgaste ocupacional , un estado de agotamiento físico y mental que se prolonga en el tiempo.
En 2022 la misma encuesta arrojó que el 28 % de los empleados latinoamericanos planeaba irse de su empresa actual y el 17 % estaban abiertos a ofertas. Entre los primeros el 42 % experimentaba agotamiento y el 48 % depresión o ansiedad ; entre los segundos las cifras ascendían al 63 % y al 57 %.
A principios de 2022 la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció el síndrome de ' burnout' como un padecimiento profesional y lo incluyó entre los principales problemas de salud relacionados con el trabajo en su Clasificación Internacional de Enfermedades.