La violencia armada volvió a sacudir a Chicago este fin de semana con un saldo de al menos siete muertos y 47 heridos, según datos oficiales de la policía local. El repunte se produce en medio de la amenaza del presidente Donald Trump de desplegar la Guardia Nacional en la ciudad, una propuesta que ha generado un fuerte choque político.
Los tiroteos, distribuidos en distintos barrios de la ciudad, reflejan una tendencia persistente: la semana anterior se contabilizaron 43 incidentes armados y nueve homicidios.
Sin embargo, el nuevo balance adquiere una dimensión distinta al coincidir con la presión de la Casa Blanca para enviar tropas federales, medida que el propio mandatario justificó asegurando que “el crimen está totalmente fuera de control”.
Tanto el alcalde Brandon Johnson como