Cada año, entre fines de agosto y comienzos de septiembre, buena parte del territorio argentino se prepara para un fenómeno meteorológico tan esperado como temido: la tormenta de Santa Rosa . Aunque su ocurrencia no es exacta, suele manifestarse en forma de lluvias intensas, ráfagas de viento, caída de granizo y descenso de temperatura. Si bien no se trata de un evento con fecha fija, históricamente se registran temporales dentro de los cinco días previos o posteriores a esa fecha.

Más allá del mito o la tradición, su aparición puede generar consecuencias directas en las cadenas logísticas : cortes de rutas, anegamientos, demoras en el abastecimiento, problemas en la carga y descarga de mercadería, y desafíos operativos en el transporte terrestre, aéreo y marítimo.

Logística

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