Durante un desfile militar en Beijing, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acusó a los líderes de China, Rusia y Corea del Norte de conspirar contra su país. Este evento conmemoró el 80 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial y se llevó a cabo en la emblemática Plaza de Tiananmen. En un mensaje publicado en Truth Social, Trump expresó: “Les pido que transmitan mis más cálidos saludos a Vladimir Putin y Kim Jong Un, mientras conspiran contra Estados Unidos de América”.
Trump también cuestionó al presidente chino, Xi Jinping, sobre el reconocimiento del sacrificio de los soldados estadounidenses durante la guerra. “La gran pregunta es si el presidente Xi de China mencionará el enorme apoyo y la ‘sangre’ que Estados Unidos brindó a China para ayudarla a asegurar su LIBERTAD de un invasor extranjero muy hostil”, afirmó. Además, subrayó que muchos estadounidenses murieron en la búsqueda de la victoria y la gloria de China, esperando que su valentía y sacrificio sean honrados.
El desfile, que duró 70 minutos, incluyó marchas de miles de soldados, salvas de artillería y una exhibición de armamento moderno, como misiles antibuque y drones submarinos. Xi Jinping, flanqueado por Putin y Kim, utilizó el evento para enviar un mensaje de autosuficiencia y desafío a Occidente, afirmando que “el rejuvenecimiento de la nación china es imparable”.
La ceremonia fue vista como un símbolo de unidad entre los tres líderes, quienes enfrentan sanciones y críticas internacionales. Kim Jong-un llegó en su tren blindado, acompañado de su hija, y fue recibido por el canciller chino, Wang Yi.
El evento se produjo tras la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái, donde Xi criticó el “comportamiento de intimidación” de Estados Unidos y Putin justificó la invasión rusa a Ucrania, culpando a Occidente. La seguridad en Beijing fue reforzada con barreras y militares en las calles, mientras que la cobertura mediática fue limitada, con restricciones para los periodistas extranjeros.
Analistas señalaron que la presencia de Kim busca reforzar su imagen interna y mostrar legitimidad a través de la cercanía con China y Rusia. Para Xi, el desfile fue una oportunidad para proyectarse como líder de un bloque alternativo a Occidente, en un contexto de creciente tensión internacional.