En Ginebra funciona la ONU y la sede internacional de la Cruz Roja. Uno de los monumentos más conocidos es una silla de cuatro patas, ubicada frente a la sede central de la ONU, a la que le falta, sin embargo, una pata. Esa pata que falta, que no está, quiere simbolizar los riesgos de las minas antipersonales.
El derecho internacional público enfrenta hoy un retroceso pocas veces visto. La diplomacia no juega ningún rol. Cada país hace lo que quiere, cuando quiere, como quiere. No hay más límite que la fuerza. El derecho público ya no opera como contención, ni siquiera simbólica. Podríamos decir que hoy falta otra pata más, y la silla está próxima a caerse, como la ONU. Se derrumba.
Muchas funcionarias, sobre todo mujeres, han querido trazar un límite. Pero cualquiera que intente defende