Un apabullante arsenal de misiles hipersónicos, miles de tropas, drones submarinos y vehículos acorazados irrumpió en el corazón de Pekín este miércoles bajo la supervisión del secretario general del Comité Central del Partido Comunista de China y , para honrar el 80º aniversario del triunfo en la “Guerra contra la Agresión Japonesa y la Guerra Antifascista Mundial”.

Con , el iraní, Masoud Pezeshkian y más de 20 jefes de Estado afines, Xi aprovechó para rendir homenaje al “sacrificio nacional” de su pueblo en conflictos históricos. Pero su proclama fue inequívocamente actual: “La humanidad debe elegir entre la paz y la guerra, el diálogo o la confrontación, la cooperación de beneficio mutuo o los juegos de suma cero”, mientras avisó de que “el gran rejuvenecimiento de la nación china

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