El suicidio de Caroline Grandjean, directora de la escuela infantil de Moussages, ha conmocionado a la comunidad educativa y expuesto una dolorosa realidad: la persistencia del acoso homófobo en entornos escolares. Grandjean, de 42 años, se quitó la vida tras una campaña sistemática de hostigamiento que la llevó al límite de su resistencia emocional.

Los ataques comenzaron en diciembre, cuando apareció una pintada ofensiva en el patio del colegio. Desde entonces, las agresiones psicológicas se intensificaron: amenazas, mensajes denigrantes y connotaciones sexuales que comprometían su integridad profesional y personal. El pueblo, de apenas 300 habitantes, se convirtió en el escenario de un calvario silencioso.

A pesar de haber presentado cinco denuncias formales ante las autoridades, C

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