Muy bonito, muy republicano, el acto de ayer de la toma de posesión de los nuevos ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). No todos nuevos, por cierto, ya que tres de ellas venían desempeñándose en ese puesto.
Buen discurso del nuevo ministro presidente, Hugo Aguilar. Se acabaron los privilegios judiciales. El pueblo de México ahora sí tendrá acceso a la justicia. Atinadas referencias históricas y compromisos de austeridad y eficacia.
Perfecto.
Sin embargo, escuchando a Aguilar no pude dejar de olvidarme de dos cosas. Un par de elementos que siempre tendremos que tomar en cuenta cuando hablemos de la conformación de esta nueva Corte.
Primero, esos ministros son el resultado de una elección fraudulenta. Llegan, en este sentido, con un problema de legitimidad. Con u