El acceso al primer empleo se ha convertido en uno de los principales desafíos para los jóvenes chilenos. Según cifras del Instituto Nacional de la Juventud (INJUV), la tasa de desempleo juvenil alcanza un 16,6%, mientras que la nacional llega a 8,9%. Esta brecha no solo refleja un problema económico, sino también social, que afecta la confianza y las proyecciones de toda una generación.

El INJUV advierte que, además del desempleo, persisten brechas en distintos ámbitos: menor participación en la toma de decisiones, alta carga de tareas de cuidado que recae en mujeres, desigualdades territoriales y étnicas, dificultades de acceso a salud mental y reproductiva, y déficits en habilidades digitales y socioemocionales. Factores que, en conjunto, limitan la movilidad social.

“En Chile, donde

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