Un operativo en Mar del Plata volvió a poner en evidencia la ruta de la cocaína que llega desde Perú y que abastece al mercado argentino. El hallazgo de un ladrillo sin fraccionar, con el característico logo de un delfín , se convirtió en una de las pruebas más contundentes dentro de la investigación. Según informaron fuentes judiciales, ese símbolo coincide con el que utilizan grupos criminales peruanos para marcar el origen de la droga y certificar su pureza .
La pesquisa permitió establecer que la sustancia secuestrada, con un nivel de pureza cercano al 90%, equivale a más de diez mil dosis listas para la venta minorista. La procedencia internacional del cargamento abre nuevas líneas de análisis para los investigadores, que ya trabajan sobre vínculos transnacionales y posibles