La leucemia linfocítica crónica (LLC) es, paradójicamente, una de las leucemias más frecuentes en adultos y, al mismo tiempo, una de las más desconocidas para la sociedad(1). Silenciosa en sus primeras fases, a menudo sin síntomas evidentes, su diagnóstico llega muchas veces por casualidad, tras una analítica rutinaria (2). La LLC afecta sobre todo a personas mayores , generalmente varones de más de 70 años (1). En muchos casos, el diagnóstico se produce al detectar un aumento de linfocitos en sangre durante una analítica por otro motivo(2).

“Lo habitual es que sea el médico de atención primaria quien detecte esa alteración y derive al paciente a Hematología . A partir de ahí, una prueba específica como la citometría de flujo suele permitir el diagnóstico(2)”, ex

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