El fenómeno de la polarización hace que la gente no actúe con racionalidad propia de sociedades maduras, sino como miembros de una secta con ideas fijas, en la cual todo se mira como blanco o negro
La crisis ética que atraviesa la humanidad es verdaderamente preocupante: los valores democráticos que fueron acordados al final de la Segunda Guerra Mundial se han vuelto relativos, no solo por la falta de coherencia de los líderes de muchos Estados y por la ineficacia de los organismos multilaterales, sino por la banalidad imperante en la actualidad, con la caja de resonancia en las redes sociales.
El fenómeno de la polarización hace que la gente no actúe con racionalidad propia de sociedades maduras, sino como miembros de una secta con ideas fijas, en la cual todo se mira como blanco o ne