Los cálculos en la vejiga, conocidos como piedras vesicales, son una acumulación de sustancias como oxalatos o ácido úrico. Se forman por la cristalización de partículas en una orina demasiado concentrada. Aunque son menos comunes que los cálculos renales, pueden causar molestias significativas. Para su tratamiento inicial, es esencial aumentar el consumo de agua y modificar los hábitos alimentarios. Además, algunas plantas medicinales pueden ser útiles en su tratamiento y prevención.

La principal causa de la formación de cálculos en la vejiga es el vaciamiento incompleto de la misma al orinar. Esto puede ocurrir debido a diversas afecciones del aparato urinario. Entre ellas se encuentran la hiperplasia benigna de próstata, que afecta a hombres mayores, y los cálculos renales que pueden descender a la vejiga. También las infecciones de las vías urinarias pueden causar inflamación y dificultar la micción. La vejiga neurogénica, que resulta de daños en los nervios, y el uso de sondas vesicales son otros factores que pueden contribuir a este problema.

La litiasis vesical puede ser asintomática, pero cuando los cálculos bloquean el flujo de orina, pueden aparecer síntomas como dolor en la parte inferior del abdomen, hematuria (sangre en la orina), necesidad frecuente de orinar, y ardor al miccionar. En casos de infección, puede presentarse fiebre. La formación de estos cálculos está relacionada con el estilo de vida, incluyendo una baja ingesta de líquidos y una dieta alta en sal y proteínas.

Aunque muchos cálculos se eliminan espontáneamente, algunos casos requieren intervención quirúrgica si las piedras obstruyen las vías urinarias. Por ello, es fundamental un tratamiento preventivo para evitar futuros episodios.

Para complementar el tratamiento, se pueden utilizar infusiones de plantas medicinales. Por ejemplo, la infusión de diente de león, que se prepara con 4-10 g de hoja o raíz, tiene propiedades diuréticas. La cola de caballo, con 2-3 g en 250 ml de agua, también es efectiva para aumentar el volumen de orina. Otra opción es el ortosifón o té de Java, que se prepara con 2-3 g de hoja en 150 ml de agua, y es conocido por su fuerte acción diurética.

Es importante recordar que estos remedios no sustituyen el tratamiento médico. Si los síntomas persisten, se debe acudir a un profesional de la salud. Siempre es recomendable consultar a un médico antes de iniciar cualquier tratamiento alternativo.