La oficina del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Venezuela ha proyectado un crecimiento del 5,8% para la economía del país en 2025. Sin embargo, este avance se enfrenta a importantes obstáculos, como la inflación, que se estima cerrará el año en un alarmante 275%. El informe, publicado recientemente, destaca que la economía venezolana muestra señales de crecimiento, impulsada principalmente por el sector petrolero y el buen desempeño de otros sectores.
El PNUD subraya la necesidad de implementar políticas que estabilicen los precios y mejoren la calidad de vida de los ciudadanos. Las perspectivas de crecimiento se ven favorecidas por un cambio significativo en la política de sanciones de Estados Unidos, especialmente la licencia otorgada a la petrolera Chevron, que ha reducido la incertidumbre sobre sus operaciones en el país. En el primer semestre de 2025, la producción promedio de petróleo alcanzó 1.048.000 barriles diarios, el mejor resultado desde 2019, y se prevé que el sector petrolero crezca un 13% este año, mientras que la actividad no petrolera aumente un 3,4%.
A pesar de estas proyecciones positivas, el PNUD advierte que Venezuela enfrenta nuevamente una elevada inflación, un desafío central para la estabilidad económica del país. Según las estimaciones, los precios aumentaron un 21% en abril, un 23% en mayo y un 11,3% en junio, lo que llevó la inflación anualizada a un 216,7% en junio, con una acumulada del 123% en el primer semestre del año. Esto refleja la magnitud del desafío que enfrenta la economía venezolana y el poder adquisitivo de sus ciudadanos.
El Banco Central de Venezuela no ha publicado cifras de inflación desde octubre de 2024, cuando el país comenzó a experimentar episodios de devaluación de su moneda, el bolívar, frente al dólar. El PNUD señala que la tendencia creciente de la inflación está impulsada por la devaluación del tipo de cambio y las expectativas negativas generadas por las sanciones estadounidenses. Aunque la licencia a Chevron genera expectativas positivas sobre un posible incremento en el flujo de divisas, estas previsiones se han visto afectadas por la crisis entre Caracas y Washington, que no mantiene relaciones diplomáticas desde 2019.
En agosto, el Gobierno venezolano reportó un crecimiento económico del 7,71% en el primer semestre y renovó el decreto de estado de emergencia, firmado por el presidente Nicolás Maduro, en respuesta a lo que considera una ofensiva económica en el marco de la guerra comercial contra el país.