La periodista Maribel Vilaplana ha desvelado en una carta abierta que la comida con el president Carlos Mazón en el restaurante El Ventorro del pasado 29 de octubre acabó “entre las 18.30 y las 18.45”. El polémico ágape de Mazón el día de la dana, catástrofe que provocó 228 fallecidos, duró casi cuatro horas. Vilpalana asegura en un texto enviado a varios medios, entre ellos elDiario.es, que acudió a la cita “con el objetivo de explorar posibles vías de colaboración profesional” y afirma que “el foco debe estar donde corresponde: en las personas que aquel día tenían responsabilidades y poder de decisión”. “Son ellas las que deben dar explicaciones”, en una clara referencia a los gobernantes de la Generalitat Valenciana. Maribel Vilplana pide “respeto” para “poder seguir adelante” sin que su nombre “se siga utilizando como arma política ni como entretenimiento morboso”. Además, también pide respeto a las víctimas de la tragedia de la dana: “Porque a ellas es a quienes les debemos sensatez” y que “su dolor no se utilice ni se banalice”.

La comunicadora ha aportado algunos detalles sobre la famosa comida. “Durante la conversación se me plantearon varias opciones, entre ellas presentar una candidatura a un cargo en la televisión autonómica, que rechacé de forma clara por convicción personal y profesional”, afirma. Tras el rechazo de la periodista a la oferta de Mazón, la conversación entre ambos se convirtió en una “sesión de consultoría de comunicación”, la especialidad de Maribel Vilaplana. La carta no cita en ningún momento el nombre de Carlos Mazón, al que se refiere únicamente como “presidente” (en siete ocasiones).

La comunicadora asegura que Mazón recibió algunas llamadas en “un momento determinado de la comida” que interrumpieron la conversación. “Yo seguí en el restaurante, completamente ajena a esas comunicaciones: no pregunté, no participé, ni conocí en ningún momento su contenido, y el presidente tampoco me trasladó ninguna inquietud al respecto. Actué, como siempre he hecho, desde la discreción y el respeto que me caracterizan”.

Vilaplana ha decidido publicar su carta abierta dos días después de que este diario adelantara que el fiscal de la causa de la dana apoyaba la decisión de la jueza instructora de no citarla a declarar como testigo al estar el president Carlos Mazón aforado. Sin embargo, la periodista sí que ha sido citada por la comisión de investigación sobre la dana del Congreso de los Diputados.

“Esas interrupciones, sumadas a la espera y a la despedida, demoraron también mi salida del restaurante, que se produjo finalmente entre las 18:30 y las 18:45. En su momento, en medio de la vorágine con que se desencadenaron los hechos, el desconcierto y la presión vivida, sinceramente no dimensioné la importancia de ese desfase horario inicial que se hizo público. Sin embargo, con la distancia del tiempo y tras hablarlo con las personas más cercanas, he considerado necesario aclarar también ese punto”, explica la carta abierta.

“Le pedí, de forma muy clara, que por favor mi nombre no saliera”

Cuando salió del Ventorro, “no era consciente de la gravedad de lo que estaba sucediendo”, según dice Vilaplana. La periodista confirma en su carta que, tal como publicó elDiario.es , habló con Mazón posteriormente para pedirle que no revelara con quién estaba comiendo. “Al regresar a casa, empecé a tomar verdadera dimensión de lo ocurrido. Nada más entender la magnitud de lo que había pasado, me puse en contacto con el presidente cuando le fue posible. En esa conversación le trasladé mi angustia y también le pedí, de forma muy clara, que por favor mi nombre no saliera. Le expliqué que me parecía profundamente injusto quedar vinculada a un capítulo tan doloroso cuando no había tenido absolutamente nada que ver”.

Vilaplana reconoce que su silencio, “aunque bienintencionado, alimentó la especulación y, cuando finalmente se supo, desembocó en un acoso brutal”. La periodista ha estado desde entonces en tratamiento psicológico con un diagnóstico de estrés postraumático. “Los días posteriores fueron una auténtica pesadilla. Me sentí absolutamente perdida. Y cuando finalmente se dio a conocer públicamente que yo era la persona que había estado con el presidente durante aquella comida, mi cabeza estalló. Entré en un shock que me llevó a un ingreso hospitalario”.

La periodista también lamenta que su nombre se haya vinculado irremediablemente con la dana del 29 de octubre: “Estar allí aquel día fue una maldita coincidencia y un horrible golpe de mala suerte. Pudo haber sido cualquier otro, pero fue ese día. El día más difícil y duro para miles y miles de valencianos. Ese es y será siempre mi tormento, y tendré que aprender a sobrellevar esa carga durante toda mi vida”.

Presidencia de la Generalitat filtró la identidad de la comensal que acompañaba en plena emergencia de la dana a Carlos Mazón después de que este diario revelara el pasado 5 de noviembre que el jefe del Consell se encontraba en una comida.

La comunicadora explica que se quedó en una situación psicológica tan delicada que tuvo que designar a una persona de su confianza como portavoz a modo de fuente autorizada: “Cuando salí del hospital, mi situación seguía siendo extremadamente delicada. No me sentí con fuerzas para tomar yo las riendas y exponerme directamente. Por eso pedí a una persona de mi total confianza que explicara de mi parte lo sucedido. Así se hizo público entonces el relato de los hechos”.

El “enfoque sexista” como “cortina de humo” para no “esclarecer las responsabilidades”

Vilaplana considera que el “enfoque profundamente sexista” ha servido de “cortina de humo para desviar la atención de lo verdaderamente importante: esclarecer las responsabilidades que se derivaron de aquella jornada”. Y se pregunta: “¿Realmente habría pasado lo mismo si en lugar de una mujer hubiera sido un hombre quien se reunió con el presidente? ¿Se habrían dicho las mismas cosas, con el mismo tono y el mismo juicio? ¿Habría despertado tanto morbo, tanto machismo rancio y tanto prejuicio?”.

“No se puede construir un relato cargado de insinuaciones y morbo para distraer el foco de lo que realmente importa. Es realmente triste y decepcionante, porque no solo me ha hecho daño a mí, sino que ha distorsionado una historia que merece ser abordada con rigor y respeto”, concluye.