En Colombia hay reinados para todo: del café, del bambuco, del joropo, de la panela… y ahora llega uno que, por raro que parezca, tiene sentido.

Se llama Miss del Campo Colombia y no premia cuerpos ni pasarelas, sino las historias de vida de las mujeres que sostienen las plazas de mercado y el campo después de años detrás de un puesto de frutas, un fogón o un cultivo.

La iniciativa, creada por la Fundación Jorge Lozano del Campo, recorrerá plazas del país para mostrar lo que de verdad sostiene la economía y la cultura del país: las mujeres campesinas y comerciantes.

Como asegura el mismo Lozano, “este reinado no califica cuerpos, califica corazones”. Aquí no hay vestidos de gala, hay delantales manchados de ají, manos curtidas y sueños a prueba de madrugones.

La corona es otro cuento:

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