La vida que se cuenta y transcurre públicamente es un drama. La escriben primeras personas y otras que llevan y traen lo que acontece en el espacio escénico, que es cualquier lugar. También hay vidas anónimas, menudas. Incluso, inverosímiles. La gente, célebre o no, por delante y detrás. La gente y el paso del calendario. ¿De quién son nuestros días? Se pregunta el político Mariano de Santis ( Toni Servillo ) en La Grazia , la nueva película de Paolo Sorrentino presentada hace unas semanas en la Mostra de Venecia. Pendiente de verla, me he entretenido leyendo críticas coincidentes en sus virtudes. Parece que después de la fallida y excesiva Parthenope , el director napolitano ha recuperado la belleza sin histrionismos. Que la genialidad no siempre esté a la altura constata la fra

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