El avión despegó con normalidad, se comunicó con la torre de control y al poco tiempo dejó de transmitir señales . La ruta prevista hacia Pekín quedó interrumpida en cuestión de minutos, con un viraje que desconcertó incluso a los radares militares . La aeronave dejó un silencio absoluto tras aquel último contacto registrado. La historia principal que encierra todo este desconcierto es la desaparición del vuelo MH370 de Malaysia Airlines .

El 8 de marzo de 2014, el Boeing 777 partió de Kuala Lumpur con 227 pasajeros y 12 tripulantes a bordo. El capitán Zaharie Ahmad Shah , con más de 18.000 horas de experiencia, y su copiloto Fariq Abdul Hamid , en pleno proceso de certificación, comandaban la cabina. El último mensaje de radio se emitió a la 1:19 de la madrugada con un rutinario “Good night, Malaysian three seven zero”, justo antes de que se apagara el transpondedor. Dos minutos después, el avión ya había desaparecido del control civil .

El radar militar siguió la trayectoria hasta que un satélite confirmó que el avión siguió en el aire

El aparato cambió drásticamente de rumbo hacia el suroeste, atravesó de nuevo la península de Malasia y se adentró en el mar de Andamán . El radar militar lo siguió hasta que a las 2:22 de la madrugada se perdió todo rastro . Las investigaciones posteriores confirmaron que un satélite de la empresa británica Inmarsat recibió durante horas señales automáticas de la aeronave, lo que indica que permaneció en vuelo hasta las 8:11 de la mañana , cuando se registró el último handshake .

La revelación de esos datos alteró la dirección de la búsqueda. Los primeros esfuerzos se habían centrado en el mar de China Meridional , pero al conocerse el giro del aparato, la mirada se dirigió al Índico sur. Australia coordinó una operación internacional que se convirtió en la más cara de la historia de la aviación, con más de 200 millones de dólares invertidos y un despliegue de barcos, aviones y tecnología submarina.

Las dudas sobre la tripulación dividieron opiniones entre expertos y familiares

El rastreo en el fondo marino cubrió más de 120.000 kilómetros cuadrados, con sondas de alta resolución que incluso permitieron mapear montañas y cañones submarinos desconocidos. Sin embargo, tras casi tres años de trabajos, la operación se cerró en 2017 sin resultados concluyentes . Apenas se habían hallado restos flotantes en islas como Reunión, Madagascar o Tanzania, entre ellos un flaperón confirmado como parte del MH370 .

La aparición de estos fragmentos validó la teoría de que el avión acabó en el Índico , aunque no permitió ubicar el punto exacto del impacto. Expertos de la Universidad de Australia Occidental publicaron en The Conversation que “el análisis de deriva de la UWA predijo con exactitud dónde llegaría a las costas del Índico occidental la basura flotante del MH370”. Sus modelos guiaron a aventureros como Blaine Gibson , que recuperaron piezas que luego se identificaron como pertenecientes al aparato.

Las autoridades malasias publicaron un informe que dejó abiertas todas las teorías sobre el vuelo MH370

El informe oficial de Malasia, publicado en 2018 tras cuatro años de retraso, reconoció que “este equipo ha sido incapaz de determinar la causa real de la desaparición del MH370 ”. En sus páginas se sugería que el piloto pudo haber desactivado los sistemas y alterado el rumbo, aunque también admitía que la intervención de un tercero no podía descartarse . La justicia francesa, en paralelo, mantuvo abierto el caso bajo la calificación de terrorismo .

Para familiares como el francés Ghyslain Wattrelos, que perdió a su esposa y a dos de sus hijos, las incógnitas se multiplicaron. Él aseguró en televisión que “ los americanos saben todo lo que pasó ”. Sus reclamaciones de transparencia alcanzaron incluso al presidente François Hollande , al que pidió sin éxito una reunión.

El comandante fue investigado por sus prácticas de vuelo y quedó bajo sospecha pública

El piloto Zaharie Ahmad Shah fue objeto de un escrutinio exhaustivo. La policía malasia analizó su simulador doméstico y descubrió rutas practicadas hacia el Índico. En 2016, Intelligencer informó de esos hallazgos, aunque nunca se confirmó oficialmente que existiera una conexión directa con el accidente .

Las familias mantienen la presión y confían en un nuevo rastreo

En 2024, el especialista británico Simon Hardy sostuvo en The Sun que el comandante era “suicida” y buscó ocultar el avión en una fosa tectónica, lo que explicaría la ausencia de restos visibles.

El copiloto, Fariq Abdul Hamid , apenas había realizado vuelos de entrenamiento. Su perfil no aportó sospechas, pero la sombra de la duda recayó sobre ambos al ser los únicos con control sobre el aparato . Las autoridades malasias insistieron en que no había pruebas concluyentes contra ninguno de los dos. La familia de Zaharie rechazó cualquier acusación y denunció que se le había convertido en chivo expiatorio .

El vuelo MH370 sigue desaparecido y los familiares creen que aún hay secretos guardados

Una década después, el caso continúa abierto . Malasia aprobó en marzo de 2025 la posibilidad de un nuevo rastreo con una empresa estadounidense , que solo cobraría si localiza la aeronave. La esperanza de los familiares es que ese intento revele por fin el lugar exacto donde terminó el vuelo y aclare lo sucedido .

Mientras tanto, el Boeing 777 sigue sin aparecer. Las familias de los 239 desaparecidos mantienen la convicción de que alguien conoce más de lo que se ha contado , y que esa información puede seguir guardada bajo razones de Estado.