Septiembre es un mes que invita a detenernos y mirar alrededor. Es el Mes de la Prevención del Suicidio, una oportunidad para alzar la voz con empatía, para reconocer que detrás de frías estadísticas existen vidas que claman ayuda, que merecen ser escuchadas.
En Ciudad Juárez, durante el primer semestre del año, se registraron 68 suicidios, mientras que en todo el estado de Chihuahua sumaron 220 casos. La edad más afectada es la de jóvenes entre 15 y 30 años, un rango donde los sueños deberían ser más fuertes que la desesperanza. Estos datos nos confrontan con una realidad alarmante: el suicidio no es un problema lejano, es doloroso y real, especialmente entre quienes menos lo imaginamos.
El estigma continúa siendo un enemigo silencioso. Muchas personas, al enfrentar pensamientos suicida