Carlos Alcaraz juega este domingo la final del US Open contra el italiano Jannik Sinner. Es la tercera vez consecutiva en este 2025 que coinciden ambos en el último partido de un Grand Slam, algo sin precedentes en la historia reciente del tenis.

Alcaraz ganó el Roland Garros, Sinner se llevó Wimbledon y los dos buscan ahora el desempate. La rivalidad entre los dos jugadores despierta expectación entre el público de todo el mundo, en parte por la edad de las dos promesas —Sinner tiene 24 años y Alcaraz 22— y también porque parece que el ciclo de los big three llega inevitablemente a su fin, con un Novak Djokovic derrotado sin grandes problemas por el tenista español. Pero, principalmente, porque Alcaraz busca recuperar el primer puesto del ránking ATP que mantiene Sinner.

Quien tampoco se va a perder el partido es el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que ha confirmado que asistirá a la final del torneo.

Preguntado por ello en una rueda de prensa, Alcaraz ha reconocido que “siempre es muy bueno” que acudan los presidentes a apoyar el tenis y a los torneos. “Para el US Open es muy bueno que venga el presidente, que apoye el torneo y el tenis. Para el tenis también es muy bueno”, ha asegurado, antes de reconocer: “Yo voy a intentar no darle mucha atención, no quiero ponerme nervioso”.

El tenista español se presentaba ya como uno de los grandes favoritos para ganar el torneo, algo que confirmó enseguida en sus primeros partidos. La final era enormemente anticipada por los fanáticos del deporte, y podría ser la revancha perfecta para el tenista español después de sucumbir ante su compañero italiano en Wimbledon 2025 para volver a casa siendo el número uno.