Finalmente, la economía real empieza a filtrarse entre el ruido de las tasas de interés del 71 o el 81% que paga el Tesoro Nacional para calmar al mercado cambiario sin calmarlo o entre las movidas del tipo ensayo y error de un Banco Central que niega sus intervenciones hasta que debe rendirse ante evidencias que lo desmienten y van amontonándose. Pero se mire por donde se mire, ese diablo verde llamado dólar no termina de rendirse.
El punto es que algunos problemas de la economía real han empezado a tomar formas inquietantes o a acentuar formas que ya eran inquietantes.
Martín Rappallini, el presidente de la Unión Industrial, habla de caídas del consumo o la demanda del 15% al 20% en actividades como la construcción, el calzado y la indumentaria. Dice más, todavía: que desde marz