Por sí algunos de los que leen esta columna no lo saben, soy médico oftalmólogo. Como tal, tengo la costumbre de mirar a los ojos en busca de anormalidades. Por tal razón no puedo ver una película y disfrutarla como todos los demás mortales, porque noto algunos detalles que otros (que no sean colegas) no perciben.

Por ejemplo, no puedo ver morir a alguien en una película sin esperar que se dilaten las pupilas. Para aquellos que lo desconocen, cuando cesa la circulación se pierde el impulso nervioso que contrae al músculo encargado de regular la entrada de luz, y la pupila se dilata inmediatamente.

Cuando Hitchcock estrenó ‘Psicosis’ en 1960, se usó para promover la película una imagen de la actriz Janet Leigh, que representaba el papel de la fugitiva Marion Crane después de ser asesinada

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