En barios populares o pequeños poblados del departamento colombiano del Atlántico, decenas de mujeres forman una red que enaltece su trabajo

Iveth Herrera Miranda acomoda el retrato de su madre en una pared de la cocina antes de empezar a preparar los buñuelos de maíz que María de los Santos Miranda Casiani – ‘Manto’, como la conocían – hacía cuando ella era niña. Alista el maíz, la sal, la harina y el anís con la misma dedicación con la que ha instalado la fotografía. La mujer de la imagen parece observarla con una mirada efusiva, como cuando la tomaba de la mano para enseñarle en cada preparación. “Todo lo que sé me lo enseñó ella”, rememora la hija.

Herrera tritura el maíz en el molino que heredó de Manto. Lo hace con la fuerza que tuvo su madre para sostener a diez hijos, vendiendo c

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