Seguiré esperando a que la justicia francesa actúe no solo contra Kick sino contra todos los que estaban allí, todos los que contribuyeron, y todos los que permitieron la tortura hasta la muerte de un hombre cuyo único delito fue ser pobre, solitario, y discapacitado
Deseaba justicia para un hombre al que nunca conocí. La deseaba de verdad. Aún tengo esperanzas que la haya, de que su martirio sirva para que no se celebren más autos inquisitoriales.
El hombre del que no supe hasta su muerte , ha sido enterrado “entre cuatro zopilotes y un ratón de sacristán”, como dice esa canción mexicana cuyo título no merecería el finado, aunque los que donaron para su tortura así lo piensen. Más información Francia investiga la muerte en directo del ‘streamer’ JP tras ser maltratado durante días e