La creadora trabaja en la intersección entre el arte, el diseño y la investigación de materiales, donde ha llegado tratando de liberarse de las ataduras de la arquitectura y la moda.
La noche en la que pasamos a 2022, la artista Raquel Buj dio la campanada, en sentido figurado y literal, con la capa Metamorfosis que llevaba Cristina Pedroche aquella Nochevieja. Su diseño a modo de piel sobre el vestido de Manuel Piña, inspirado en las geometrías de las alas de las libélulas, representaba la transformación que experimentan muchos insectos y, de algún modo, también algunas personas, a un nivel más mental que físico. Con una estructura muy arquitectónica, su confección mezclaba técnicas artesanales y digitales a partir de materiales reciclados.
Aunque en la actualidad su trabajo es más ar