Por Ricardo Benedetti
Las urnas bonaerenses hablaron con brutal claridad el domingo 7 de septiembre: en una elección legislativa convertida en plebiscito, Fuerza Patria (FP), el frente peronista liderado por Axel Kicillof, aplastó con un 47,27% de los votos frente al 33,71% de La Libertad Avanza (LLA), aliada al PRO, según datos oficiales con el 99% escrutado, reportados por Infobae y La Nación. Trece puntos de distancia -más de un millón de sufragios- no son solo una derrota; son el epitafio de un gobierno que, con arrogancia, insultos y un ajuste que confundió épica con crueldad, convirtió su campaña en un boomerang. En lugar de clausurar al kirchnerismo, lo resucitó, dándole oxígeno a un adversario que parecía desahuciado. Este análisis combina datos duros, declaraciones y mi opinión s