La banda estaba formada por tres personas, dos hombres y una mujer, que operaban con un modus operandi meticulosamente planificado y repetido en varias ocasiones, en la Comunidad de Madrid y en otras provincias como Almería .
Los estafadores seleccionaban a sus víctimas, personas mayores que circulaban con sus vehículos. Mediante gestos desde otro coche, les advertían de una supuesta avería en una de las ruedas, convenciéndoles de detener el vehículo. Una vez parados, entraba en escena el supuesto mecánico , vestido con un mono de trabajo, quien se ofrecía a reparar el problema.
Durante la falsa reparación , otro miembro de la banda entraba en acción y llegaba al lugar con piezas de recambio aparentemente auténticas . La manipulación terminaba con la entrega de