La semana pasada tuve la oportunidad de participar en un foro convocado por el Diálogo Interamericano (InterAmerican Dialogue), un espacio programado en un momento de gran timing para la región, justo en el marco de la visita del Secretario de Estado Marco Rubio a nuestro país para acordar los básicos de un entendimiento bilateral en materia de seguridad. La conversación giró en torno a la seguridad hemisférica y, en particular, a la relación entre México y Estados Unidos. El tema es ineludible: estamos frente a una coyuntura que exige encontrar un terreno común, aunque las prioridades nacionales no siempre coincidan.
Para México, el control de armas es el tema central; para Estados Unidos, lo son el tráfico de drogas, particularmente el fentanilo, y la migración fronteriza. Ambos países